Esta foto, también conocida como Bareta, se convirtió en la imagen de la victoria sandinista en la Revolución Nicaragüense contra Somoza.
Susan Meiselas viajó a Nicaragua a finales de los 70 como una joven fotógrafa con ojo de antropóloga, con el objetivo de plasmar la lucha entre la longeva dictadura de Somoza y los luchadores socialistas del FLSN. Durante seis semanas recorrió el país, documentando una nación de extrema pobreza, belleza natural sin igual e increible desigualdad.
El trabajo de Meiselas era afín a la causa sandinista, por lo que se ganó la confianza del grupo revolucionario que, poco a poco prevalecieron en la lucha.
El día anterior de la huida de Anastasio Somoza, Meisela fotografió a Pablo de Jesús "Bareta" Araúz lanzando un coctel molotov a uno de los últimos fuertes de la Guardia Nacional. Después de que los sandinistas llegaran al poder, la imagen se convirtió en el simbolo definitorio de la revolución: un dictador tumbado por un ejército heterogéneo de en vaqueros empuñando armas improvisadas.
Rápidamente diseminada por los sandinistas, Molotov Man pronto llegó a todos los lugares de Nicaragua, apareciendo en cajas de cerillas, camisetas, vallas publicitarias y panfletos.
La cruz colgada al cuello y los fusiles en la mano convirtieron a Bareta en un símbolo de algo tan genuino de las revoluciones en América Latina como es la Teología de la Liberación.