Roma, 13 de abril de 2012
De entre todas las imágenes que vi en Roma puede que esta sea la que más me impactara. Recorriendo los túneles del Coliseo y oyendo el murmullo de los turistas me iba imaginando un gladiador, caminando por los túneles humedos y fríos a causa de la lluvia. Un interminable pasillo con una luz al fondo tan blanca que le impide ver el aspecto del anfiteatro, aunque por los rugidos del público lo intuye.
Y al final, justo antes de que la luz le ciegue durante un pequeño instante, recuerda su frase.
Ave Caesar, morituri te salutant.