Cádiz, 18 de agosto de 2011
Muchas veces se da que, cuando un maestro observa que su alumno avanza y sigue sus pasos, el primero tiene una serie de sentimientos mezcla de alegría y de orgullo.
Aquí vemos, por ejemplo, a todo un maestro como es Javier Ruibal alucinando con lo que es capaz de hacer un chaval que "simplemente" es guitarrista de Glazz.
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