En FA

Cádiz, 18 de agosto de 2010.

Cada vez que tengo un rato libre, y este verano he tenido muchos, me gusta agarrar el bajo y ponerme a tocar lo que surja.
Lo mismo improviso algo, o toco cualquier canción de Extremoduro o de Los 7 Errores.

El otro día, en vez de hacerlo sonar, le hice posar. Para cambiar un poquito la dinámica.

Al oeste en Filadefia

Pisa, 1 de julio de 2010.
Los trenes en Italia no son los más cómodos del mundo, ni los más limpios. Tampoco son los más puntuales (quizás incluso los menos), pero tienen grafittis por todas partes. Y me encanta.

Allí la gente estará acostumbrada, de ahí que las dos personas que aparezcan no le echen demasiada cuenta, pero yo me quedaba un rato mirándolos. Lo que podía entre que llegábamos a la estación y nos íbamos a otra ciudad.

El camino recorrido

Soria, mediados de julio de 2009.

Cuando has caminado durante mucho tiempo, con una carga sobre tus hombros que, a cada paso que das, te acerca más al suelo, llega un momento que decides soltar esa carga llena de experiencias y mil historias recogidas y mirar atrás. Ver el camino que has recorrido te da fuerzas. Y es en ese momento cuando te cuelgas sobre tus hombros de nuevo esa carga, con la misma energía que el primer día, y decides seguir caminando... pero por un camino diferente, esperando que vuelva a llegar esa parada que te haga volver la vista atrás y, por supuesto, continuar tu propio camino. El que sea.

La foto es de mi última ruta. En una de esas veces que te paras y miras atrás y ves a todos los que son más lentos que tú.

Un partidito

Cádiz, 31 de julio de 2010.
No hay nada mejor que un partidito de fútbol entre amigos.
Si además el partido se juega en un ambiente con buena música, con el fresquito del mar que está al lado y con la catedral y el campo del sur como testigos, no se puede pedir más.

Bueno, que tu equipo gane, pero eso es secundario.